Es la valoración de la capacidad de un individuo para percibir tonos puros de intensidad variable, denominada sensibilidad auditiva, la cual permite determinar el sonido más bajo que puede escuchar por lo menos el 50% del tiempo.
Constituye una herramienta esencial para el diagnóstico y control evolutivo de numerosas enfermedades otológicas e involucra tanto al sistema
periférico como al sistema central.
Los resultados ofrecidos por una AT se deben considerar siempre como una aproximación a la audición del paciente y no como un dato exacto e invariable.